Dibujo 1. Chamba sorprende a Isabel y la ataca por detrás. Con rapidez anuda un pañuelo a su cuello y aprieta hasta dejarla con poca consciencia. Así puede llevarla a un sitio recóndito del aparcamiento y proceder a desnudarla.
Dibujo 2. El asesino busca un resultado específico con su agresión: quiere sentir sexo mientras estrangula a la chica. Es una perversión devastadora para la víctima, que, inerme, sólo puede oponer una resistencia mínima.
Dibujo 3. Una vez logrado su propósito, Chamba vuelve a vestir a la joven. Sin embargo, una de las prendas está mal colocada. Quiere que el cadáver no revele lo que le ha sucedido, pero es demasiado tarde, porque el ADN del asesino está en el cuerpo de la víctima.
Dibujo 4. La otra prueba que llevó a Chamba a la cárcel fueron sus huellas dactilares en las bolsas de basura con las que rapó el cadáver una vez depositado en el maletero del coche de la víctima. Toda esta elaboración revela su premeditación, pero también el limitado conocimiento del asesino de la moderna ciencia forense.
Garrido, V.,
La mente criminal, 2007, Temas de hoy, Madrid, pp. 120-121
No hay comentarios:
Publicar un comentario