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viernes, 21 de septiembre de 2012

El loco del chándal

Manuel, conocido por la prensa como el Loco del Chándal porque vestía deportivamente cuando agredía a sus víctimas para así tener mayor comodidad cuando tenía que escaparse [...]. Su modo de actuar era siempre similar: actuaba en el área metropolitana de Barcelona, clavaba un arma punzante en los glúteos de las mujeres con una periodicidad de una o dos agresiones al mes, atacaba por la espalda y después salía corriendo en busca de su furgoneta que acostumbraba a aparcar cerca de los lugares donde cometía sus agresiones. De esta manera, el Loco del Chándal agredió por lo menos a 16 mujeres entre noviembre de 1991 y septiembre de 1993 [...] clavándoles a las 16 víctimas un arma punzante en las nalgas, salvo a la novena víctima que agredió, a la que propinó una brutal paliza. Algunas de las víctimas tuvieron lesiones muy graves, incluso con perforación de la vagina, no llegando a fallecer gracias a la intervención médica o por auténtico milagro.
En el momento de su detención, Manuel contaba 31 años de edad y fue capturado por la policía tras asesinar por la mañana del día 19 de septiembre de 1993 a una mujer [...]. La víctima [...], también de 31 años, no tenía ninguna relación con su agresor (al igual que el resto de víctimas) y el apuñalamiento se produjo sin mediar palabra. La citada mujer se dirigía a trabajar en metro y cuando se encontraba en las escaleras de la estación el Loco del Chándal le clavó un machete de montaña, de unos 22 centímetros de hoja, en los glúteos. Algunos de los testigos presenciales intentaron detener al agresor, el cual se escapó velozmente, puesto que era un gran atleta, pero se le cayeron unos papeles del bolsillo en el lugar del crimen que eran unos informes médicos. En base a dichos informes, se le pudo identificar y posteriormente detener.
Garrido, V., La mente criminal, 2007, Temas de hoy, Madrid, pp. 128-129

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