Al otro lado de la malla que marca el perímetro hay una casa de un solo piso donde viven unos viejos. A veces, durante la clase de educación física, se asoma uno de los viejos a la ventana, retira los estores de láminas verticales y nos observa jugar partidos de dobles. Nos dicen que los saludemos. Cuando veo que nos miran, intento destacar que soy joven y estoy lleno de vida.Dunthorne, J., Submarino, 2011, Suma de letras, Madrid, pág. 64
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Juventud
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