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miércoles, 26 de septiembre de 2012

La sensualidad de los cadáveres

«Llevaba unas bragas blancas y un top azul que se había desgarrado durante la pelea. Le veía los pechos porque tenía el sujetador descolocado en uno de los hombros. Creo que le quité las bragas y que estuve tocando su cuerpo. No me quedé mucho tiempo porque no quería que me pillaran con la chica»
Por supuesto, él explica todo el asunto como si de repente encontrara excitante y sexy un cadáver lleno de sangre al que acababa de coser a puñaladas, pero las cosas no funcionan así. Sabemos cuán importante es la fantasía como motor de la compulsión de los asesinos en serie. [Tony] King debió de nutrir su compulsión mediante innumerables imágenes en las que fantaseaba con sentir el tacto del cadáver bajo sus manos.
[...]
La necrofilia fue reconocida por el propio King de manera más explícita en su primera declaración ante la Guardia Civil: «Toco a las chicas cuando están muertas [...]. Luego me masturbo pensando en los tocamientos y eyaculo».
Garrido, V., La mente criminal, 2007, Temas de hoy, Madrid, pp.187-188

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