El niño ya tenía la cabeza fuera, y el brazo derecho, que extendía por encima de la cabeza, mojaba la mano en las aguas del mundo, lo probaba antes de zambullirse.Auslander, S., Lamentaciones de un prepucio, 2010, Blackie Books, [s.l.], pág. 275
«Está un poco frío, papi.»
«Luego es más frío, hijo.»
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