La dura vida en el porno

—Y claro, se vuelven locas, hacen unas películas en su primera semana... En seis meses han hecho más de cien... Y dejan de ser carne fresca. Tienen mal aspecto, todo el mundo ha visto como se las follan docenas de veces...
—Mierda...
—Así que ya no las llaman para protagonistas. Su precio baja. Y para seguir trabajando, les dicen eso de “eh, el sexo anal no está tan mal”. O puede que hagan “gangbangs”... puede...
O quizás, por setecientos, dejen que se les meen encima...
O dicen “bueno, por cuatrocientos dejo que me pegues”...
O “pago el alquiler si dejo que dos tíos me sujeten mientras otro me mete el puño... Luego me inflan a pollazos y al final me tiran de la cama a patadas, me cogen de los pelos, me arrastran y me follan en la ducha”.
Gonzo. Sin guión. Te pagan sólo por escenas. Bastante jodido... La mayoría de chicas aguantan seis meses de gonzo y luego, o deciden que les mola y siguen o se vuelven a casa.
—Bueno, tú sigues aquí, así que supongo que serás más lista que el resto.
—No. Yo hago gonzo. Me desgarré el clítoris y los labios de niña... Un accidente entrenando en gimnasia. ¿Te lo puedes creer?
Así que no me corro fácilmente. Sí, me corro como todas, hasta con el sexo anal... pero, necesito algo más que un nota ahí bombeando, ¿me entiendes?
Ea, hijo mío, sí, mira, me gusta la asfixia, me gusta que me peguen... Me gusta sentirlo. Necesito que sea intenso, si no, no me corro. Y haciendo gonzo, tú sabes, la vida es bella.
Mira, conocí a un chaval y necesitaba decírselo, ¿no? Decirle, pues eso, que podía pegarme y eso cuando folláramos... Es jodido, ¿sabes? Tampoco vas a acojonar al muchacho, pero quieres ser capaz de correrte con él.
—Cerebro, no me jodas ahora...
—Por eso no hago escenas lésbicas. Necesito penetración. Y los juguetes no me llaman... Sí, las tías son más suaves, pero... no me mola, ¿me explico?
A ver, sí, hago escenas lésbicas de vez en cuando... Por el tema del guión... Hago una escena con la estrella del momento y eso, pero, tú sabes...
Lo llamamos “pay for gay”, je...
…Además, tengo herpes. Lo que no es necesariamente un problema. La mayoría de los que hacemos porno tenemos herpes. Por eso muchos de nosotros buscamos pareja dentro de nuestra comunidad. No tienes nada que explicarles. No tienes que darles nada que no hayan recibido ya.
Cuando las novatas pillan un herpes, Jesús... La mitad no saben ni lo que tienen. Cuando Angel pille uno... Joder, será un festival...
Hay como una docena de médicos amigos del porno en L. A. Pero hay que buscarlos y pagarles. Porque, si no, a ver qué haces, ¿llamar a mamá? “Mamá, mira, es que hice una escena de “Megapollas parteculos” la semana pasada y ahora me pica el chocho que flipas. ¿Qué hago?”.
Así que hago de madre de las novatas de aquí. Vaya manera de cumplir veintisiete, ¿eh?

Ellis, W., Desolation Jones, 2007, versión electrónica