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viernes, 21 de septiembre de 2012

El amor de una mujer

Actuando con suma rapidez, Romero acuchilla repetidamente al novio, al que deja muerto en el suelo. Temiendo Sara por su vida echa a correr, pero Romero le da alcance por la espalda y la acuchilla. Una y otra vez. Le quita la falda, las bragas y abusa de ella. Durante esos minutos de vejación ella está moribunda, pero él sólo goza, como la bestia de la que habla Lombroso [...] cuando describe en el siglo XIX al criminal degenerado en sus textos de criminología.
Romero [...] se dirige a su casa, donde le espera su mujer Yolanda Sáez, quien con sólo 18 años ya tiene un niño pequeño y está en espera de otro. Muchas veces la historia del crimen nos muestra, junto al hecho descarnado de la violencia, la sordidez que emana de la pobreza moral de las personas que conforman el mundo cotidiano del asesino. Y éste es el caso de Yolanda. Esta mujer ama profundamente al criminal, y cuando escucha a su marido decir que ha matado a los novios, ella sólo se interesa por saber si su marido ha violado a la chica, cosa que él niega.
[...]
Yolanda, la mujer mil veces apaleada, no puede tolerar que Gustavo Romero la plante y se vaya con otra mujer, una chica rica del pueblo que, de modo igualmente inexplicable, también quiere y desea con locura al homicida múltiple. [P]ara su vergüenza, hemos de hacer constar aquí que lo traiciona porque Romero la abandona, no por conciencia o por un mínimo de piedad por sus paisanos y las familias que sufren. Es una venganza [...].
Garrido, V., La mente criminal, 2007, Temas de hoy, Madrid, pp. 22-25

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